Destacan porque dejan de lado la enseñanza tradicional donde lo importante es la memorización de contenidos y pone el foco de atención en la preparación para las situaciones de la vida real y para su futura vida profesional.
Este tipo de metodología hace que el alumnado tenga que enfrentarse a situaciones que le lleven a la adquisición de conocimientos, habilidades, estrategias, etc.
Se debe hacer de manera activa, y teniendo en cuenta que lo más importante es el proceso y no el resultado.
Es un proceso constructivo y no solo receptivo. Relación de la información con conocimientos previos, reconstruyendo los mismos durante el proceso. Es un aprendizaje basado en el pensamiento de orden superior y crítico. Importante el concepto de “aprender a aprender”.
Desarrollo de la autoestima, la autonomía, la concentración y la motivación.
Aunque parezca un concepto nuevo las metodologías activas están presentes a lo largo de la historia. Tanto autores como (Pestalozzi, Herbart, Fröebel, Dewey, etc.), como instituciones (la Institución Libre de Enseñanza, la Escuela Nueva, la Escuela Única Republicana, etc.) ya utilizaban esta denominación.
Los precursores fueron Comenio, Rosseau, Pestalozzi, Fröebel y Herbat. A este movimiento le caracterizan elementos como son por ejemplo: el alumno es el centro de la educación donde tenemos que prepararle para que sea capaz de vivir en la sociedad actual, que tenga un profesor como guía y un ambiente que promueva la educación como consecuencia de la actividad y no como algo memorístico. Los autores de este movimiento fueron Dewey, las hermanas Agazzi, Decroly, Claparede, Freinet... y ante todo Montessori.
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